bendecir a los hijos

bendecir a los hijos

 Marcos 10, 13-16

Bendición de los padres a los hijos

Padre Dios, vos nos ayudás a ser padres.

   Enseñanos a guiar a nuestros hijos

por el camino del bien.

Cuida, Señor, su vida y su salud

y haz que no se aparten  del buen camino.                 Amén

BENDICIÓN DE LOS NIÑOS

RITO DE BENDICIÓN

RITOS INICIALES

Amén.

La gracia y la paz de Dios nuestro Padre,

y de Jesucristo, su Hijo,

que mostró su amor y cariño a los niños, 

estén con ustedes.

Y con tu espíritu.

111. Si el ministro es laico, saluda a los presentes, diciendo:

Hermanos, alabemos y demos gracias al Señor,

que abrazaba a los niños y los bendecía.

Amén.

Bendito seas por siempre, Señor

El Hijo de Dios, nuestro Señor, asumió la condición de niño, y fue creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres. Más tarde, recibió con bondad a los niños y los bendijo, resaltó su dignidad, más aún, los puso como ejemplo para los que buscan de verdad el Reino de Dios. Invoquemos sobre ellos la bendición divina.

LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS

Le trajeron a Jesús unos niños para que los tocara, pero los discípulos los reprendieron. Al ver esto, Jesús se enojó y les dijo: «Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos. Les aseguro que el que no recibe el Reino de Dios como un niño, no entrará en él».

Después los abrazó y los bendijo, imponiéndoles las manos.

Palabra del Señor

Otros textos posibles: Mt 18, 1-5. 10; Mt 19, 13-15; Mt 21, 14-16; Lc 2, 46-52.

PRECES

A

Invoquemos a Jesús, el Señor, que nos propuso ser como niños para entrar en el Reino de los cielos, diciendo:

R. Señor, que te recibamos en la persona de los niños.

Tú que nacido de la Virgen, santificaste también a los niños,

– ayúdalos, para que siguiendo tu ejemplo, crezcan en sabiduría, en estatura y en gracia. R.

Tú que por medio de los padres y de la Iglesia, manifiestas tu amor por los niños,

– fortalece a los responsables de su cuidado para que se dediquen de verdad a esta tarea. R.

Tú que siendo todavía niño, sufriste la persecución y el destierro,

– cambia la realidad de los niños oprimidos por la maldad de los hombres o la dureza de vida,

y haz que encuentren la necesaria ayuda y protección. R.

B

Invoquemos a Jesús, el Señor, que nos propuso ser como niños para entrar en el Reino de los cielos, diciendo:

R. Te rogamos, óyenos.

– Protégenos de todo peligro. R.

– Dirige nuestra vida y nuestra educación. R.

– Haz que también nosotros vayamos creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres. R.

– Ayuda a todos los niños del mundo. R.

– Danos un corazón agradecido por los dones de tu bondad. R.

– Bendice a nuestros padres, amigos y bienhechores. R.

Con humildad y confianza, nos animamos a decir:

PADRE NUESTRO…

ORACIÓN DE BENDICIÓN

Señor, Dios nuestro,

que de la boca de los niños

has sacado una alabanza a tu Nombre,

mira con bondad a estos niños (a este niño / a esta niña),

[que la fe de la Iglesia encomienda a tu providencia

y, así como tu Hijo, nacido de la Virgen,

al recibirlos con agrado,

los abrazaba, los bendecía,

y nos los dejó como ejemplo.]

Derrama sobre ellos (él / ella) tu bendición X

para que a medida que crezcan (crezca),

por su buena conducta entre los hombres,

y con la fuerza del Espíritu Santo,

sean testigos (sea testigo) de Cristo ante el mundo

y enseñen y defiendan (enseñe y defienda)

la fe que profesan (profesa).

Por Jesucristo nuestro Señor.

R. Amén

Señor Jesucristo, tanto amaste a los niños

que dijiste que quienes los reciben

te reciben a ti mismo;

escucha nuestras súplicas a favor de estos niños (este niño / esta niña)

y, ya que los (lo / la) enriqueciste con la gracia del bautismo,

guárdalos (guárdalo/guárdala) con tu continua protección,

para que cuando a medida que crezcan (crezca), profesen (profese) libremente su fe,

sean fervorosos (sea fervoroso/sea fervorosa) en la caridad

y perseveren (persevere) con firmeza en la esperanza de tu reino.

Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

R. Amén

b) Para niños sin bautizar

Dios, Padre todopoderoso,

fuente de bendición y defensor de los niños,

mira con bondad a estos(e) niño

y protégelo(s) desde ahora

ya que habrá(n) de nacer de nuevo por el agua y el Espíritu Santo;

y concédele(s) que, una vez recibido el don del bautismo,

participe(n) de tu reino y aprenda(n) a darte gracias con nosotros en la Iglesia.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

R. Amén

ASPERSIÓN

CONCLUSIÓN DEL RITO

Jesús, el Señor, que amó a los niños,

los bendiga y los guarde en su amor.

R. Amén.

Y a todos ustedes,

los bendiga Dios todopoderoso,

Padre, Hijo y Espíritu Santo.

R. Amén

122. Si el ministro es laico, concluye el rito, signándose y diciendo:

Jesús, el Señor, que amó a los niños,

nos bendiga y nos guarde en su amor.

Todos responden:

Amén.

123. Si parece oportuno, puede entonarse un canto adecuado.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *