BENDECIR A LOS PADRES
11. BENDICIÓN DE LOS PADRES EN SU
 DÍA 
Bendicional Argentino nuevo pag 54 en adelante
238. En algunos países se identifica un día determinado del año como «día del padre». Para ese día es la bendición que se presenta aquí. Pero no obsta que se utilice en otra circunstancia específica en la cual se elogie el don de la paternidad.
239. El rito que sigue está pensado para celebrarse fuera de la Misa. Si se desea impartir la bendición de los padres en su día dentro de la celebración de la Misa, omítanse todos los elementos previos a la bendición que se presentan a continuación, salvo alguna de las preces más oportunas que pueden incorporarse a la Oración universal del día con las debidas adaptaciones de redacción, e impártase la oración de bendición sobre los padres, justo antes de la bendición final de la Misa, en cuyo caso y según las circunstancias puede pedirse a los padres presentes que se acerquen ante el presbiterio o bien, si parece más oportuno, que se pongan de rodillas en sus lugares para recibir esa bendición específica.
240. Si la bendición se realiza fuera de la Misa, el rito que siempre puede ser presidido por un sacerdote o diácono, puede en ese caso ser dirigido por un laico, teniendo este en cuenta las adaptaciones que le son propias según se señala en cada caso.
RITO DE BENDICIÓN
RITOS INICIALES
241. Reunida la familia o la comunidad de los fieles, el ministro dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Todos se signan y responden:
Amén.
242. Luego el ministro, si es sacerdote o diácono, saluda a los presentes, diciendo:
Jesucristo, el Hijo de Dios, que creció en el seno de la Familia de Nazaret
junto a su madre la Virgen y a su padre san José,
esté con ustedes.
Todos responden:
Y con tu espíritu.
243. Si el ministro es laico, saluda a los presentes, diciendo:
Hermanos, bendigamos a Jesús, el Señor, que creció bajo los cuidados amorosos de su Padre adoptivo San José.
Todos responden:
Bendito seas por siempre, Señor.
244. El ministro dispone a los presentes para la celebración, con estas palabras u otras semejantes:
Alabemos al Señor de la vida, de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra. Él ha puesto en cada padre la capacidad de plenificar su vida en su amor paternal, enriquecido con el don de la misma vida divina. También dispuso que Jesús, su Hijo eterno, creciera en la tierra bajo los cuidados de un padre, y así eligió a san José para que guiara sus pasos desde su tierna infancia, lo custodiara y educara.
Que esta bendición, sirva para que este (estos) padre(s) al modo de san José, ame(n) a sus hijos y los acompañe(n) hacia la madurez humana y cristiana.
LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS
245. Luego el ministro lee el siguiente texto u otro adecuado de la Sagrada Escritura.
Lc 2, 41-52: Regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos
Si el ministro es sacerdote o diácono dice:
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Si el ministro es laico dice:
Escuchen hermanos las palabras del Evangelio según san Lucas.
Sus padres iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre, y acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta. Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos. Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de él. Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas.
Al verlo, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: «Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados».
Jesús les respondió: «¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?»
Ellos no entendieron lo que les decía. Él regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón. Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres.
Palabra del Señor.
246. El ministro, según las circunstancias, exhorta brevemente a los presentes, explicándoles la lectura bíblica, para que perciban por la fe el significado de la celebración.
PRECES
247. Sigue la plegaria común con las preces que aquí se proponen o con otras que puedan parecer más adecuadas con las circunstancias y el momento.
Alabemos a Jesús, fruto bendito de la familia de Nazaret, que por el misterio de su encarnación ha derramado en el mundo la gracia a todos los padres, diciendo:
R. Protégenos, Señor, por tu bondad.
. Tú que te dignaste hacerte hombre necesitado de un padre, para que recibiéramos el don de ser hijos por adopción. R.
. Tú que en san José, tu padre adoptivo, nos diste un ejemplo de padre justo y fiel. R.
. Tú que de san José aprendiste sus virtudes de humildad, pobreza, paciencia, prudencia, fidelidad al plan de Dios y la más perfecta caridad. R.
. Tú que permites que los padres reciban con alegría y gozo a sus nuevos hijos y con ellos acrecientas la familia humana y la familia de la Iglesia, R.
248. El ministro invita a rezar la oración del Señor, con las siguientes palabras u otras semejantes:
A Dios, que es fuente de toda paternidad, lo invocamos ahora, diciendo:
Padre nuestro…
ORACIÓN DE BENDICIÓN
249. El ministro, si es sacerdote o diácono, extiende, según las circunstancias, las manos sobre el(los) padre(s), o bien hace la señal de la cruz en su frente, y pronuncia la oración de bendición; si es laico dice la oración de bendición con las manos juntas y omitiendo la señal de la cruz.
Señor, Padre bueno,
de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra,
mira con ternura a este (estos) padre(s)
a quien(es), en su día,
venimos a honrar, recordar, agradecer
y valorar como uno de los regalos más preciosos
que nos has hecho y que nos colma en el afecto.
Te pedimos, que bendigas + a este (estos) padre(s),
que ejerce(n) su paternidad con fidelidad,
y a todos aquellos que lo son de espíritu y de corazón por la adopción.
Por Jesucristo nuestro Señor
R. Amén.
ASPERSIÓN
250. Acabada la oración, el ministro rocía con agua bendita a los padres y a los presentes, mientras se puede guardar un momento de silencio o cantar un canto adecuado (ver pp.).
CONCLUSIÓN DEL RITO
251. El ministro, si es sacerdote o diácono, concluye el rito, diciendo:
Dios Padre, haga de estos padres servidores generosos
en la aceptación y en el crecimiento de la vida.
R. Amén.
Y bendice a todos los presentes, diciendo:
Y a todos ustedes,
los bendiga Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espíritu Santo
R. Amén.
252. Si el ministro es laico, implora la bendición del Señor sobre los padres y todos los presentes, santiguándose y diciendo:
El Señor nos bendiga,
nos aleje de todo mal
y nos lleve a la vida eterna.
Todos responden:
Amén.
252. Si parece oportuno, puede entonarse un canto adecuado.