BENDICIÓN DE LA MUJER ANTES DEL PARTO

BENDICIÓN DE LA MUJER ANTES DEL PARTO

Del «Bendicional» Argentino números 217 al 259

En el  nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. +

Jesucristo, el Hijo de Dios, que se hizo hombre en el seno de la Virgen María, esté con todos ustedes.

y con tu espíritu.

Hermanos, bendigamos a Jesús, el Señor,

que se hizo hombre en el seno de la Virgen María.

AMEN

Dios es el Señor de toda vida y es él quien determina la existencia de cada hombre y, con su providencia, dirige y con­serva su vida.

Creemos que esto tiene aplicación sobre todo cuando se trata de una vida nacida de un matrimonio cris­tiano, vida que a su tiempo será enriquecida en el sacramen­to del bautismo con el don de la misma vida divina.

Esto es lo que quiere expresar la bendición de la madre an­tes del parto, para que aguarde con fe y esperanza el mo­mento del parto y, cooperando con el amor de Dios, ame ya desde ahora con afecto maternal al fruto que lleva en su seno.

Lc 1, 39-45

Escuchen ahora, hermanos, las palabras del santo Evange­lio según san Lucas.

Unos días después, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zaca­rías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de Ma­ría, saltó la criatura en su vientre y dijo en voz alta:

-«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Se­ñor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.»

Palabra del Señor.

SON NUESTROS HIJOS SEÑORA – canto https://youtu.be/V2u9qo-kyf4?si=SL34AdfuXUFB47AJ

1. Te ofrecemos, Maria,

 el fruto de nuestro amor;

 son nuestros hijos, Señora,

 son nuevos hijos de Dios.

BAJO TU AMPARO SEGURO

CAMINARAN EN TU LUZ.

CUÍDALOS, MADRE QUERIDA,

COMO CUIDASTE A JESÚS.

2. Ante tu imagen hermosa,

 llena de tierna bondad,

 derrama sobre esto niños

 tu bendición maternal.

3. Madre de los bautizados,

 queremos hoy renovar

 que somos tu pueblo en marcha

 ¡es nuestra gran dignidad!

Salmo responsorial   32 (33) 

R: La misericordia del Señor llena la tierra.

Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,

el pueblo que él se escogió como heredad.

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,

 en los que esperan en su misericordia. R:  

Nosotros aguardamos al Señor:

él es nuestro auxilio y escudo;

con él se alegra nuestro corazón,

en su santo nombre confiamos. R.

Que tu misericordia, Señor,

venga sobre nosotros,

como lo esperamos de Ti

Alabemos debidamente a Cristo, el Señor, fruto bendito de vientre de María, que por el misterio de su encarnación ha derramado en el mundo la gracia y la benevolencia, y digámosle:

Bendito seas, Señor, por tu bondad!

Tú que te dignaste hacerte hombre naciendo de una mujer, para que recibiéramos el ser hijos por adopción.

Tú que no desdeñaste el seno de una madre, sino que quisis­te que fueran proclamados dichosos el vientre que te llevó y los pechos que te criaron.

Tú que en la Virgen María, bendita entre todas las mujeres, dignificaste el sexo femenino.

Tú que en la cruz diste como madre a la Iglesia, a la misma que habías elegido por madre tuya.

Tú que fecundas a la Iglesia con nuevos hijos por el ministe­rio de las madres acrecentando la alegría y aumentando el gozo.

Señor Dios, creador del género humano,

cuyo Hijo, por obra del Espíritu Santo,

quiso nacer de la Virgen María,

para redimir y salvar a los hombres,

librándolos de la deuda del antiguo pecado,

atiende los deseos de esta hija tuya,

que te suplica por el hijo que espera,

y concédele un parto feliz;

que su hijo se agregue

a la comunidad de los fieles,

 te sirva en todo

y alcance finalmente la vida eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Bajo tu protección nos acogemos, santa Madre de Dios; no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades; antes bien, líbranos siempre de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita.

Avemaría

             Madre del Redentor, el Avemaría o la Salve.

Dios, fuente y origen de toda vida, te proteja con su bondad.

Amén.

Confirme tu fe, robustezca tu esperanza, aumente cada vez más tu caridad.

Amén.

En el momento del parto atienda tus súplicas

y te ayude con su gracia.

R. Amén.

y a todos ustedes, que están aquí presentes, los bendiga Dios todopoderoso,

Padre, Hijo y Espíritu Santo. +

R. Amén.

Dios, que por el parto de la santísima Virgen María,

anunció y comunicó al género humano

el gozo de la salvación eterna,

nos bendiga y nos guarde. +

Amén.

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