BENDICION DE MINISTROS DE LA CARIDAD

BENDICION DE MINISTROS DE LA CARIDAD

Bendecir a los voluntarios

Dios Padre,

que derramas en nuestros corazones, el don de tu amor

por el Espíritu Santo que Jesús prometió; al

bendice + a estos hermanos nuestros,

para que, practicando las obras de caridad y de justicia,

contribuyan a hacer presente a tu Iglesia en el mundo,

como sacramento de unidad y de salvación.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Dios todopoderoso y eterno

rico en misericordia,

mira con ternura y bendice+

a estos (as) hermanos (as) nuestros (as)

que ejercen su profesión imitando al buen samaritano

que Jesús puso ante nuestros ojos

como ejemplo de amor fraternal;

fortalécelos (as) en su vocación

para que siendo abnegados (as) y comprensivos (as)

den consuelo y alivio a los que sufren,

traten con dignidad y ternura a la vida que nace,

den esperanza de pronta recuperación a los enfermos

y paz a los moribundos.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

+ Amén.

La caridad y la fe que infunden

Dios nuestro Padre,

 y Jesucristo,  el Señor,

estén con todos ustedes.

Todos responden:

y con tu espíritu.

Querido Padre: Estos hombres y mujeres (jóvenes), que hoy se presentan ante la comunidad cristiana de N, desean consagrarse con mayor empeño al ministerio de la caridad, en nombre de la Iglesia. Ellos están convencidos de que la ley fundamental de la perfección humana y, por tanto, de la transformación del mundo es el mandamiento nuevo del amor. Por eso pido que los cuentes entre los servidores de los hermanos más necesitados de nuestra comunidad, invo­cando sobre ellos la bendición divina.

Queridos hermanos y hermanas: El servicio de ustedes es una tarea a que, en realidad, nos corresponde realizar a todos los discípulos de Jesucristo, porque todos estamos llamados a descubrir la presencia del Señor en toda persona que sufre injusticia o está necesitada de cual­quier tipo de ayuda. El mismo Cristo nos dio ejemplo de lo amplia y generosa que ha de ser nuestra caridad. Pero, al incorporarse al grupo de los servidores de la caridad en nues­tra comunidad de N., ustedes asumen este compromiso con una exi­gencia mayor. Ustedes van a prestar una valiosísima cola­boración a la misión caritativa y social de la Iglesia y, en con­secuencia, van a trabajar en su nombre, abriendo a todos los hombres los caminos del amor cristiano y de la fraterni­dad universal.

Cuando realicen su tarea, procuren actuar siempre movidos por el Espíritu del Señor, es decir, por un verdade­ro amor de caridad sobrenatural. De este modo serán reco­nocidos como auténticos discípulos de Cristo.

LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS

Lectura del profeta Isaías:

Palabra de Dios.

PRECES

Dios que es la fuente del amor verdadero, nos anima para amar a nuestros hermanos. Acudamos a él diciendo:

R. Padre, ayúdanos a amar como Jesús.

Oremos, queridos hermanos, a Dios, que es amor, para que se digne inflamamos con el fuego de su Espíritu y hacemos fervorosos en el amor recíproco, como Cristo nos ha amado.

ORACIÓN DE BENDICIÓN

Dios Padre,

que derramas en nuestros corazones, el don de tu amor

por el Espíritu Santo que Jesús prometió; al

para que, practicando las obras de caridad y de justicia,

contribuyan a hacer presente a tu Iglesia en el mundo,

como sacramento de unidad y de salvación.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Dios todopoderoso y eterno

rico en misericordia,

a estos (as) hermanos (as) nuestros (as)

que ejercen su profesión imitando al buen samaritano

que Jesús puso ante nuestros ojos

como ejemplo de amor fraternal;

fortalécelos (as) en su vocación

para que siendo abnegados (as) y comprensivos (as)

den consuelo y alivio a los que sufren,

traten con dignidad y ternura a la vida que nace,

den esperanza de pronta recuperación a los enfermos

y paz a los moribundos.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ASPERSIÓN

CONCLUSIÓN DEL RITO

Dios,  fuente y dador de todo bien,

los estimule al servicio desinteresado

y comprometido de los hermanos

e infunda en ustedes su Espíritu de amor

R. Amén

Nos congregó y unió el amor de Cristo.

Regocijémonos y alegrémonos en él.

Temamos y amemos al Dios vivo,

y amémonos con corazón sincero.

           Pues estamos en un cuerpo congregados,

           cuidemos no se divida nuestro afecto

    Cesen las contiendas malignas, cesen los litigios,

    y en medio de nosotros esté Cristo Dios.

Veamos juntamente con los santos

tu glorioso rostro, ¡oh Cristo Dios!

Éste será gozo inmenso y puro,

por los siglos de los siglos infinitos. Así sea.

El amor es compasivo,

el amor es servicial

el amor no tiene envidia

el amor no busca el mal.

      el amor no es descortés

      el amor no es egoísta

      el amor nunca es doblez

      el amor es caridad

      no se alegra en la injusticia

      sólo goza en la verdad.

      el amor todo lo cree

      el amor todo lo espera

      el amor es siempre fiel

      junto a Dios terminarán

      el amor es algo eterno

      nunca, nunca pasará.

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